Amar-i-lla nació de un sueño compartido entre Nathalie y David. Todo comenzó con un detalle sencillo: un accesorio pintado a mano que, sin pensarlo, se convirtió en el inicio de una historia mucho más grande. Ese primer trazo despertó en nosotros la idea de transformar lo cotidiano en arte y llevar color a la vida de quienes nos rodean.
Lo que empezó como un experimento en nuestra mesa de trabajo, pronto se convirtió en un proyecto de vida. Aprendimos equivocándonos, perfeccionamos técnicas, y descubrimos que lo hecho con el corazón siempre encuentra un lugar en las manos correctas.
Cada bolso de Amar-i-lla es más que un accesorio: es una pieza de arte única. Son horas de dedicación, pinceladas irrepetibles y colecciones limitadas que celebran la autenticidad de cada mujer que los lleva. Porque creemos que, así como no hay dos mujeres iguales, tampoco deberían existir dos bolsos idénticos.
Para nosotros, la sostenibilidad también hace parte de la belleza. Usamos pinturas base agua, reutilizamos materiales y apostamos por empaques reciclables, porque sabemos que el arte también debe cuidar el mundo en el que vivimos.
Hoy Amar-i-lla es nuestro lenguaje: Nathalie plasma la esencia en cada diseño y David sostiene la visión que lo hace crecer. Somos un equipo, una pareja, y una marca que cree que el arte no debería estar colgado en una pared, sino acompañarte todos los días.
Nuestro sueño es que, al llevar un bolso Amar-i-lla, sientas que cargas contigo una historia, un pedacito de nuestra pasión y un recordatorio de que lo auténtico siempre deja huella.